La mayoría de la gente cree que el código moral establecido es bueno y que se debe educar a los niños en él, de modo que casi todos los padres educan a sus hijos para que vivan en la misma cárcel moral en la que ellos se encuentran. Lo mismo pasa con profesores en escuelas y universidades, con los medios de comunicación y con las religiones.
Estas enseñanzas establecen que ser ‘bueno’ o ‘malo’ está por encima de estar ‘vivo’ o ‘muerto’. Antes que vivir lo primero es cumplir.
Pero resulta que el ‘bien’ y el ‘mal’ son conceptos subjetivos creados por el ser humano, y esto implica que la moralidad basada en ellos es igualmente subjetiva y, por lo tanto, tan válida en unos casos como errónea en otros (además de perjudicial).
Esto nos remite a otra de las más conocidas falacias que solemos manejar: “no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”.
F-A-L-S-O.
Quizá a mi no me guste que me retuerzan los pezones y, sin embargo, tú lo disfrutes de lo lindo (por poner un ejemplo).
Todos estos códigos e influencias inculcadas desde la infancia contribuyen a crear ovejas para formar rebaños, en vez de personas que construyan sociedades.
La gente que intenta ir al baño todos los días a la misma hora es muy distinta de la gente que lo hace cuando le entran ganas.
La clave para liberarnos de todos estos códigos de conducta erróneos y ahondar en nuestro crecimiento personal está en desaprender.
En abrir la mente a perspectivas diferentes para poder renovarla con nuevos conceptos.
En ser flexible, adaptarse, evolucionar, aceptar el cambio.
En fomentar la curiosidad por aprender.
En ser crítico, no dar nada por sentado, contrastarlo y cuestionarlo todo.
Tener o no la razón es tan solo un punto de vista.
Aversión Social y Negación Sexual
Desde pequeño he sido una persona curiosa y con ansias por aprender sobretodo en el ámbito de la ciencia.
Coleccionaba revistas como ‘Conocer’ y ‘Muy Interesante’… vale, de acuerdo, también tenía Playboy en el último cajón ¡qué grandes artículos! (además ayudó a mi madre a asegurarse de que no era gay).
A lo que voy es que aborrezco las tradiciones trasnochadas y obsoletas, las creencias basadas en el miedo, los topicazos y refranes generalistas, el hacer por hacer porque así se hizo siempre.
Todo se resume en lo mismo, ignorancia, comodidad e inmovilismo.
Y es por esto que detesto a los estúpidos.
A los que creen en algo sin plantearse por qué ni para qué.
A los ignorantes que no quieren dejar de serlo.
A los imbéciles morales.
A los borregos, y a sus pastores.
Me encanta imaginarme ‘espabilando’ a todos esos que siguen la corriente sin plantearse hacia donde les lleva.
Probablemente a los ojos de muchos eso me convierta en una ‘mala’ persona, pero lo disfruto porque me hace sentir seguro de que no estoy tan jodido como ellos.
En el fondo, quiero ayudarles. En la forma, pellizcarlos con saña hasta que despierten.
El lema de este tipo de gente bien podría ser,
La mente es algo terrible. Conviene desperdiciarla.
Si bien estoy de acuerdo con que en ocasiones el más ignorante puede ser el más feliz con solo satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia, eso no va conmigo.
En las sociedades más desarrolladas estas necesidades básicas se han desvalorizado, porque se presuponen satisfechas, y lo que nos hace infelices es no satisfacer nuestras necesidades intelectuales y sociales, algo que me parece perfectamente lícito.
Si el objetivo del ser humano moderno (tribus aparte) siguiese siendo sobrevivir y reproducirse, pensar con los genitales sería más que suficiente.
Pero no lo es y me alegro (ya sé chicas, que vosotras también).
En cuanto a la moral sexual reprimir todo lo que tiene que ver con la sexualidad no hará que ésta desaparezca, sino que la fomentará, y entonces tendrás que lidiar con un toro cabreado (y sin la ayuda de picadores).
Quizá pienses que lo correcto es no contarle a tu pareja que te masturbas pensando en su hermano/a. Es posible que si se lo dices te abandone, gritando que cada vez que lo hacíais estaba pensando en tu mejor amigo/a, pero también es posible que te proponga hacer un trío.
No presupongas y nunca des nada por sentado.
Es una buena regla y, si la sigues, puede que te sorprendas con los resultados.
Quizá creas que te conviene seguir con una relación moralista e hipócrita en vez de quedar libre para buscar algo mejor.
RECAPACITA.
Solo tienes una vida y no te conviene desaprovecharla.
Hoy en día la mitad de las parejas acaba separándose pero lo triste es que un alto porcentaje de la otra mitad sigue conviviendo a pesar de que su relación es un asco.
Son las relaciones dominadas por el miedo y la tristemente difundida frase “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Amarga melodía de una eterna agonía.
No digo que las relaciones de pareja sean perjudiciales y haya que desterrarlas. Lo que digo es que no hay que mantenerlas a cualquier coste.
“Hasta que la muerte os separe” es una frase que puede parecer idílica, pero la mayoría de las veces se convierte en una sentencia irrefutable.
Muchos no se llegan a dar cuenta (o sí) de que, lo que verdaderamente les separa, es su convivencia forzada.
¿Y tú?
¿Vives la vida que quieres o la que otros te imponen?
[Foto realizada en los baños públicos de no sé cual pub. Viene a sugerir que, en la vida, es conveniente cambiar las cosas de sitio para acceder a nuevas perspectivas.]
Son tantas las cosas que propones, que estoy a la vez de acuerdo y en desacuerdo. A favor que la gente piense por sí misma ( ¿acaso se puede pensar de otra manera?). Pero no de llevar el relativismo hasta el punto en que no exista bien ni mal. Existen en algunos casos, con una zona gris entre ambos. En cuanto a la sinceridad extrema, la veo quizá realizable pero profundamente equivocada. No todo ha de saberse.
Un saludo y enhorabuena por tu página.
Estoy de acuerdo contigo en que todo el mundo piensa por sí mismo al igual que también siempre se es uno mismo. Lo que planteo es que debemos cuestionarnos que es lo que nos ha empujado a ser y pensar de un modo determinado y si lo que hacemos es o no coherente. Fomentar el análisis crítico de actos y pensamientos. Saber de donde vienen y a donde nos llevan. Si hay que impulsarlos o desterrarlos.
No se trata de eliminar todo lo establecido sobre lo que está bien o mal sino de preguntarse si es lo correcto, lo necesario o lo saludable. El no aceptarlo porque sí. Cuestionarlo, analizarlo y, a partir de ahí, darle forma.
En definitiva, usar nuestras capacidades (que son muchas) para evolucionar y no abrazar la comodidad y el inmovilismo desperdiciándolas.
La sinceridad radical es realizable pero difícil precisamente porque nos movemos en un ambiente totalmente opuesto donde predomina la mentira y la omisión. Pienso que tanto la verdad como la mentira tienen sus momentos válidos pero creo que debería de tener muchos más espacios la primera.
Gracias por tu felicitación y por tus comentarios y enhorabuena también por tu página.
Un saludo.
Dos referencias: ‘Lie to me’, (‘Miénteme’ en la televisión española). Una serie de televisión sobre la mentira y las emociones. Muy entretenida y basada en ciencia de el profesor Paul Ekman, especialista mundial en expresión facial de las emociones.
Y el libro ‘Radical Honesty’, de Brad Blanton. Y su web: http://www.radicalhonesty.com/
Gracias por las aportaciones Homo Minimus.
Conozco la serie, de hecho he visto un par de temporadas y está bastante bien. Sobre Paul Ekman he leído su libro «como detectar mentiras» que es muy bueno. También tengo otro par de libros de Philippe Turchet sobre el mismo tema «el lenguaje del cuerpo» y «el lenguaje de la seducción«, todos muy aprovechables.
Sobre Brad Blanton me he leído también el libro que comentas y creo que su punto de vista sobre las relaciones es muy a tener en cuenta.
Saludos!
Enhorabuena amigo
Como aportación al debate sobre la sinceridad os dejo una frase de mi hermano: «quien dijo la verdad perdió la amistad» ;D
Gracias, me alegra verte por aquí.
En cuanto a la frase de tu hermano, como digo en el artículo, no soy partidario de las frases generalistas pues, como tal, resultan erróneas. Intento desacerme de esas ‘creencias’ porque creo que son perjudiciales y limitan la forma de ver las cosas.
En el contexto de la amistad me plantearía si las amistades basadas en mentiras son lo más deseable o no sería mejor quedarnos solamente con las que nacen de la verdad.
Cierto, sólo la cito (al igual que él) como chascarrillo que viene al caso 😉
P.D.: Ahora te voy a citar una frase generalista que resulta una paradoja en sí misma pero que me encanta ; «generalizar es equivocarse siempre».
Saludos y felicidades por estos interesantes artículos
Tengo una variante similar de esa frase paradójica: «Todas las generalizaciones son falsas, incluida ésta».
Gracias por las felicitaciones.
Espero que los artículos os sean provechosos.
Saludos.
Por aquí quería empezar…. por el principio… también para ser partícipe de tu EVOLUCIÓN.
Hoy le comentaba a una amiga (de la pocas que me quedan/quiero tener) que, cuando uno DESPIERTA y se da cuenta de que algo no encaja, afronta varias etapas en el proceso:
1. Darse cuenta
2. Despertar
3. Tomar conciencia
4. Enfrentarse a «eso»
5. Sufrir, padecer el dolor
6. Odiar y rabiar
7. DESAPRENDER, para poder hacerlo de nuevo.
8. Cambiar para EVOLUCIONAR
9. Hacer el camino en solitario
10. Perdonar
11. Estar en paz
No es un sistema de pasos como los de superar adiciones, es sólo un «punto de vista», ¿no es verdad? . Hasta el paso siete, uno no empieza a notarse un poco mejor… pero a partir de ahí la cosa fluye…
Así que creo, Juan, que nuestra relación empieza bien. Y partiendo de que tú ya me hablas de desaprender, tema el cual me gusta bastante, ahora sé por dónde seguirte.
Besos caros!!
¡Hola Ana!
Sorprendido me tienes al comprobar que has empezado ‘por el principio’ 🙂 .
Yo mismo también me sorprendo cuando releo mis artículos y puedo comprobar la evolución que comentas. Es otra de las cosas enriquecedoras de escribir un blog, poder ‘leerte’ en diferentes fases y comprobar como pensabas y te expresabas, y como has evolucionado.
Muchas gracias por tu aportación, me parece un planteamiento por etapas la mar de interesante. Tomo nota 😉
Un placer tenerte por aquí participando y haciendo el camino con el fin de «estar en paz»… juntos.
¡Besos caros!