La soledad puede ser tu mejor amiga si lo que quieres es aprender a conocerte, pero si no sabes gestionarla y aprovecharte de sus bondades también puede llevarte hacia un sentimiento de soledad que conduce al aislamiento, y con ello a caer en una espiral auto destructiva.
La noche es fría aunque no sopla el viento. Es un frío seco, tenaz, y sobre todo muy profundo.
En la distancia resuenan los ecos del ladrar de un animal. Preparado para una nueva noche en compañía de su vida cual ladrón del silencio carente de inquietudes.
A mi lado el flexo que ilumina la letra, en mi mano la herramienta que la hace posible. Sobre la flacidez el papel impregnado de tinta.
Un armario, una mesita, un televisor, un espejo, un calendario, el despertador, un cuadro, esos calcetines sucios. Todo está siempre ahí.
En mi soledad me acompaña el sentido de lo natural, la imaginación mal empleada y la belleza del desnudo, representante del deseo y los anhelos del corazón.
Pero por encima de todo, esa belleza me recuerda efímeros momentos enjugados con amor.
Esto es de lo primero que escribí en una pequeña libreta de hojas cuadriculadas una madrugada de octubre allá por el año 1991, y ya por entonces estaba bastante familiarizado con la soledad. Mi carácter reservado e introvertido me predispuso a tratar con ella a menudo hasta llegar a considerarla una fiel compañera.
Esa noche me encontraba en mi habitación y lo que realmente relataba a través de esas palabras era el sentimiento de soledad que me embargaba.
La ‘noche de frío seco, tenaz y profundo’ no es más que la descripción de cómo me sentía.
El ‘ladrar de un animal’ no son sino mis propios lamentos.
La descripción de los ‘objetos que me rodeaban’ mi prisión.
La ‘imaginación y la belleza’ lo que me hacía sufrir.
Los ‘momentos enjugados con amor’ lo que necesitaba y anhelaba.
Esta es la mejor y más cercana descripción que puedo ofrecerte ahora mismo de aquel sentimiento de soledad.
Soledad física y sentimiento de soledad
Existen diferencias entre la soledad física y el sentimiento de soledad.
La soledad física se produce por la ausencia de la compañía de otras personas. Puede acontecer de manera involuntaria o ser buscada por nosotros. En el primer caso puede dar lugar a sentimientos negativos, si lo que deseamos es estar acompañados. En el segundo caso no, ya que es algo que buscamos intencionadamente.
El sentimiento de soledad, sin embargo, puede darse tanto con compañía como sin ella. Sentirse solo significa que carecemos de contacto con otras personas, o que el contacto que tenemos con ellas no nos resulta satisfactorio. No se trata de la cantidad de personas que nos rodean, sino de la calidad de los intercambios que realizamos con ellas. Es un sentimiento de vacío que suele ir acompañado de tristeza, desánimo, aislamiento y necesidad de afecto. Revela carencias afectivas y suele ir asociado a determinadas características psicológicas como pueden ser:
- Baja autoestima: Si la autoestima es baja, consideramos que tenemos poco valor y nos volvemos introvertidos. Esto dificulta nuestra relación con los demás y favorece el aislamiento.
- Incapacidad de comunicación: Cuando no queremos comunicarnos o cuando no sabemos como hacerlo nos alejamos de los demás y fomentamos la soledad.
- Hostilidad: Algunas personas parecen estar siempre de mal humor, con una actitud casi permanente de hostilidad. Esta actitud suele darse porque esa persona se siente frustrada, contrariada o resentida debido a injusticias reales o imaginarias. Esto hace que los demás se sientan incómodos en su compañía y traten de evitarla.
- Miedo: Muchas personas se sienten solas porque, a causa de sus miedos, construyen barreras para protegerse del supuesto daño que puedan infringirles otras personas. Esto generalmente sucede por un miedo a la intimidad, a dejarse conocer, al rechazo o a ser herido.
Mejor Solos Que Mal Acompañados
La soledad puede representar una condena para muchos y por esto tratan con desesperación de librarse de ella. Sin embargo hay quién, con la misma desesperación, la busca.
Esto depende de nuestra predisposición ante su presencia. Cuando la escogemos voluntariamente se convierte en nuestra mejor aliada, pero cuando se impone su compañía es la peor de las invitadas.
Cuando nos sentimos solos, además de la incomodidad y el malestar, la sensación de aislamiento que nos produce abre una compuerta al vacío que reside en lo más profundo de nuestro interior. Esto esconde una lección y es que, en general, son pocos quienes encuentran compañía en sí mismos.
Lo cierto es que la soledad no deseada puede resultar muy dolorosa e incluso auto destructiva, pero también nos brinda la oportunidad de aprender a conocernos y de descubrir quienes somos.
Gran parte del sufrimiento que genera la soledad se debe a la lucha permanente que mantenemos con ella. De esta manera, lo único que conseguimos rechazándola, es incrementar nuestro nivel de malestar. En cambio, si aceptamos su presencia, puede aportarnos mucho porque:
- Nos libera de la dependencia de los demás y nos obliga a encontrarnos con nosotros mismos.
- Nos impulsa a conocernos fomentando la observación y la reflexión.
- A partir de este conocimiento interior podremos construir mejores y más sanas relaciones con los demás.
- Nos ayuda a valorar más estas relaciones y nos empuja a empatizar.
- Nos aporta seguridad y mayor autoestima al fomentar el desarrollo de la capacidad de desenvolvernos por cuenta propia.
La soledad nos ayudará sobremanera a conocernos pero será necesario observarnos mucho y también escuchar mucho de lo que los otros ven en nosotros. Y para que lo que los demás nos devuelven de nosotros mismos nos sea útil hace falta que nos mostremos tal como somos, sin escondernos, sin personajes y sin engaños.
Cuanto mas mostremos de nosotros y mas escuchemos el mensaje de vuelta, más vamos a saber de nosotros.
Es muy difícil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero imposible hallarla en ninguna otra parte. Nicolás Chamfort.
Independencia Sana
La necesidad de conectar con otras personas a un nivel profundo es una de las más básicas necesidades humanas, de ahí la importancia de aprender a comunicarnos.
Si aspiramos a construir relaciones sanas, la comunicación debe realizarse interesándonos sinceramente por los demás. Fomentando la escucha en vez de realizar monólogos de sordos.
Dedicar tiempo a establecer relaciones de calidad es el primer paso para liberarnos de la soledad no deseada.
Con ello conseguiremos evadir el sentimiento de incomprensión y aislamiento que sufrimos cuando estamos en compañía de personas con las que no conectamos. De esta manera cubriremos nuestras necesidades afectivas y al mismo tiempo afianzaremos nuestra autoestima.
Es también necesario saber sacar provecho de nuestra propia compañía. Si lo hacemos no necesitaremos de un ambiente externo favorable para sentirnos bien. Es el resultado de darnos lo que necesitamos en vez de buscarlo en los demás.
Podremos estar solos sin sentirnos desconectados del mundo. Esto aumentará nuestra seguridad y nos conducirá hacia la auto dependencia.
Codependencia vs Auto dependencia
La codependencia tiene que ver con la dependencia permanente, poco saludable e incluso enfermiza. Es como una adicción a necesitar siempre a alguien, y se incrusta en la personalidad como la idea de que «no puedo vivir sin ti». Esta idea es totalmente falsa y sumamente perjudicial porque nos convierte en personas desvalidas, inseguras e incapaces de hacerse cargo de sí mismas.
La auto dependencia, en cambio, es saber que no somos completamente auto suficientes, que necesitamos de los demás, pero que podemos tener esa necesidad y hacernos cargo de nosotros mismos responsabilizándonos y siendo los dueños de nuestra vida.
Significa saber quién soy, adonde voy y con quién. Contestar a estas tres preguntas hará que dejemos de ser simples individuos para convertirnos en verdaderas personas. Y para esto nos harán falta grandes dosis de honestidad y de voluntad.
Auto depender implica concedernos los siguientes permisos:
- Concedernos el permiso de ser quienes somos en lugar de esperar a que los demás determinen como debemos ser.
- Concedernos el permiso de sentir lo que sentimos en vez de sentir lo que otros sentirían en nuestro lugar.
- Concedernos el permiso de pensar lo que pensamos y el derecho de decirlo o callárnoslo según nos convenga.
- Concedernos el permiso de correr los riesgos que decidamos correr con la única condición de aceptar pagar los precios de esos riesgos.
- Concedernos el permiso de buscar lo que creemos que necesitamos en vez de esperar a que alguien nos de permiso para obtenerlo.
Recorrer el camino de la auto dependencia significa:
- No depender de la palabra de los demás pero escucharla.
- No obedecer el consejo de los demás pero tenerlo en cuenta.
- No estar pendiente de la opinión del afuera, pero siempre registrarla con claridad.
Para transitar este camino debemos darnos cuenta de que mirarnos en un solo espejo no basta, tenemos que mirarnos en todos los espejos que podamos encontrar, y ver lo bueno y lo malo que hay en nosotros.
El camino del crecimiento personal empieza por el auto conocimiento.
No dejes que te lleven.
Recorre tu camino.
[Foto realizada en una cafetería sin consentimiento de su protagonista. Él quizá no se sintiera solo, yo sí.]
Es siempre un equilibrio complicado , entre ser independiente del todo y ser dependiente de todo lo demás. Quizá la solución es no necesitar a nadie en concreto pero ser consciente de que necesitamos a la gente en general.
No sé a ciencia cierta cómo sería yo si mi contacto con la soledad no fuese tan ‘cercano’ e ‘intenso’ como lo ha sido. Lo que sí sé es que me ha aportado recursos muy valiosos que dudo que pudiese alcanzar de otro modo. Por ello le doy la bienvenida cuando viene a visitarme y de esta manera sus estancias son cada vez más cortas.
Me gusta mucho la entrada del diario. Es muy de adolescente solitario. Creo que casi todos los genios tenemos alguna entrada así en nuestros diarios secretos.
El tema de la soledad es muy importante. En inglés distinguen los dos tipos de soledad a través de dos palabras: loneliness y solitude. La primera es la soledad no buscada, interior. La segunda es la buscada, sana, revigorizante. Creo que a grandes rasgos coincide con el sentimiento de soledad y la soledad física a los que aludes.
Al fin y al cabo terminamos definiéndonos por nuestras relaciones. Es una parte fundamental del diseño de vida. Y ahora tenemos ventajas respecto a décadas anteriores: por muy específicos que sean tus intereses puedes encontrar gente afín sin importar lo aislado que estés geográficamente o socialmente.
Tu comunidad geográfica y el tipo de gente que te rodea ya no determina el tipo de relaciones a las que puedes acceder; eso te permite diseñar tu comunidad con mucha más libertad.
Así que nunca hemos tenido tantas posibilidades y oportunidades para crear vidas a la carta.
Buen artículo. Muy completo y profundo. También muy buena la foto.
Gracias a ti por los comentarios, me resultan muy enriquecedores.
En realidad nunca escribí un diario. Lo que hacía era escribir sobre lo que sentía de forma esporádica, generalmente cuando sufría sobremanera o me encontraba hecho una mierda.
Estoy de acuerdo contigo en que nos definen en gran medida nuestras relaciones y en las nuevas posibilidades que ahora tenemos para cambiarlas.
Estas interacciones que estamos teniendo son buena prueba de ello.
En cuanto a las fotos que pongo, nunca he sido aficionado a la fotografía, sin embargo, debido a la facilidad de usar el móvil, estoy descubriendo que tengo cierta creatividad. Seguiré ahondando en ello.
Además he dejado de llevar reloj, para que coño usarlo si llevo el móvil con las horas de todo el jodido planeta ;D.
Quedo en espera de tu sonrisa, lo comparto porque me parece una reflexión genial y sobre todo necesaria e Indispensable para vivir plenamente. Es vivir conociéndonos y perdonándonos, sobre todo queriéndonos aunque la opinión de los demás sea otra, un saludo, buen día.
¡Gracias!.
Me alegro de que coincidamos en nuestro modo de ver la vida.
Lo de la sonrisa no lo acabo de pillar pero por si acaso voy cepillándome los dientes.
¡Saludos!
Me ha gustado mucho tu publicación, es muy completa y está expresada de una forma clara y sincera.
Estoy de acuerdo contigo, de hecho, podría afirmar que no llegas a conocerte a ti mismo hasta que no te sientes solo de verdad. Como has mencionado, la soledad puede acercarnos a la reflexión y introspección, por aquello de tener todo el tiempo para observarnos a nosotros mismos. Por eso nos brinda la oportunidad de madurar como personas, aún más cuando la soledad se presenta a edades tempranas y de forma intensa.
Gracias por compartir esta entrada que me ha encantado, como siempre.
Un saludo
Gracias a ti Alba, por leer, comentar y dar tu opinión.
Coincido plenamente con tus reflexiones y eso mismo es lo que he querido comunicar con este artículo.
He creído que la mejor manera de llegar a las personas con lo que deseo transmitir, es siendo honesto y cercano. En mi caso eso implica revelar partes de mi mismo que habían permanecido ocultas hasta ahora.
Es una forma de reconocerme, de sincerarme y de conectar conmigo mismo y con lo que ha contribuido a hacerme como soy.
A partir de ahí, la conexión que se genere ya no depende de mí, sino de vosotros mismos pero estoy seguro de que, de esta forma, será mucho más sana y enriquecedora.
Un abrazo.
Adoro la soledad, aprovecho cada instante que paso con ella. De echo, nunca me he sentido sola, en el sentido de vacía, abandonada y sin compañía. La soledad me ha acompañado y es una buena amiga. También disfruto de la gente y me gusta conocer… es como tú dices: equilibrio entre la codependencia y la autodependencia. Un artículo reflexivo y genial. el broche lo pone las últimas frases entre paréntesis. Además de sacar una sonrisa, ahonda en la reflexión. El chaval parece triste y solitario pero no lo sabemos. Al fin y al cabo, la soledad es más un estado de ánimo que una situación específica. Saludos, Juan.
Muchas gracias a ti Ainhoa, por leer y compartir tus pensamientos.
¡Un saludo!
Hola Juan
Gracias por un artículo tan enriquecedor. Opino lo mismo sobre el sentimiento de soledad, que no se trata de la cantidad de personas que nos rodean, sino de la calidad de los intercambios que realizamos con ellas. Que importante me parece conectar con otras personas, desde una comunicación más profunda, derribando las corazas protectoras que empleamos… sin, a veces, darnos cuenta. Sin embargo, mi sensación es que ésto es algo que no ocurre con facilidad.
Pienso que para establecer relaciones de éste tipo es importante tener momentos de soledad, sin más compañía que uno mismo, y aprender a «verse» sin llegar a sentirse raro o mal por ello.
Y llegar así a establecer relaciones bonitas y auténticas desde cierta «calma interior».
Hay una frase que escuché hace poco que dice, «el dolor se aleja con momentos bonitos» así que… ¡a por ello!
Un abrazo
¡Hola Ali!
Muchas gracias por pasarte y dejar tus impresiones que no hacen sino enriquecer el artículo.
Me ha gustado mucho cuando hablas de ‘calma interior’ ya que opino que primero conocerse y segundo alcanzar ese equilibrio interno es fundamental para poder establecer y disfrutar de unas relaciones más sanas.
Creo que ese es el mejor camino que nos llevará a respetarnos, a comprendernos, a amarnos y a disfrutar en compañía de todos esos momentos bonitos que sin duda nos están esperando.
¡Un abrazo!
Hola Juan,
Muy buen artículo, para disfrutarlo con una copa de vino, para releerlo en más de una ocasión. Para crecer es fundamental «disfrutar de esa soledad» permitir conocerse y, cuando esto pasa, las relaciones tienden a ser de calidad.
Un abrazo.
Raquel
Un buen artículo y un buen vino me parecen una estupenda combinación Raquel, no cabe duda de que entiendes de maridage ?
¡Un abrazo!
Gracias por compartir este artículo, renovó mis perceciones relacionadas con la etapa que estoy viviendo.
Gracias a ti Farid, por hacerme llegar tu agradecimiento.
Un abrazo.