Hace unos meses en este artículo te hablaba de que en mi tiempo de vida había aprendido una serie de lecciones vitales que incluían búsquedas, dudas, temores, angustias, dolor, lágrimas así como también descubrimientos, certezas, triunfos, alegrías, placer, sonrisas.
Unos aprendizajes que forman parte de lo que significa ser humano y de lo que representa vivir una existencia humana, y hoy voy a centrarme en lo que representa buscar y en lo que significa ser un buscador.
Hace unos días, mientras comía en un restaurante, observé en una de las mesas cercana a la mía lo que supuse era una familia. Se trataba de 4 hombres y 3 mujeres de diversas edades pero todos aparentemente mayores de 60 años. Encabezando la mesa y en una silla de ruedas estaba sentada la mujer de más edad (calculo 90 o más) la cual tenía muchas dificultades para comer y necesitaba de la ayuda de lo que supuse eran dos de sus hijos, que estaban sentados a su lado.
Mientras les observaba dando de comer y limpiando con compasión y generosidad a su anciana madre no pude evitar pensar en todas las vivencias que esas personas habrían acumulado y en los caminos que cada uno de ellos habría seguido hasta llegar a ese punto en sus vidas. Pensé en cuantas cosas podrían contarme y cuanto podría aprender si fuésemos capaces de sentarnos y hablar de la vida a corazón abierto.
Me imaginé a mi mismo con su edad, sentado en el mismo sitio y comiendo la misma comida, pero con la gran diferencia de ser una persona con varias décadas más de experiencias a sus espaldas, que me harían ver el mundo de forma totalmente diferente.
Intenté ver, desde mis nuevos ojos, como sería ese nuevo mundo, esa futura realidad, pero no me fue posible y no por falta de imaginación, sino más bien por falta de convencimiento, por falta de certeza sobre un camino todavía por construir. Como reza el lema de una conocida película:
«No hay destino, solo existe el que nosotros hacemos»
Todos estos pensamientos me llevaron a recordar una historia que guardo en mi ‘baúl personal’ desde hace un tiempo: la historia del buscador.
Un buscador es alguien que busca pero no necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando, es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda. Creo que este concepto me define bastante bien en este momento y quizá por eso la historia me caló tan hondo.
Contiene un bonito mensaje y ha llegado el momento de compartirla contigo.
El Buscador
Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos.
Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada y una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar.
El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Sus ojos eran los de un buscador y quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción:
“Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”
Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla y decía:
“Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”
El buscador se sintió terriblemente conmocionado. Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que lo conectó con el espanto fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba los once años.
Embargado por un gran dolor, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio que pasaba por allí se acercó, lo observó llorar en silencio durante un rato, y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
– No, por ningún familiar -dijo el buscador- ¿Qué es lo que pasa en este pueblo? ¿Qué cosa tan terrible hay en este lugar? ¿Por qué hay tantos niños muertos enterrados aquí? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente y que les ha obligado a construir un cementerio de chicos?
El anciano sonrió y dijo:
– Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré:
Cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de ahí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda, que fue lo disfrutado, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo…
¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿Una semana?, ¿dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… La emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿el minuto y medio del beso?, ¿dos días?, ¿una semana?… ¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo?… ¿Y el casamiento de los amigos?… ¿Y el viaje más deseado? ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? ¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿Horas?, ¿días?…
Así vamos anotando en la libreta cada uno de esos momentos. Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo que hubo disfrutado, para escribirlo a modo de epitafio sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.
[Esta historia está extraída del libro: Cuentos para pensar de Jorge Bucay]
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Después de leer esta historia comprenderás el por qué he elegido la foto que encabeza esta publicación, que está realizada durante mi reciente visita a Normandía – Francia.
Se trata de una lápida del Cementerio Alemán de La Cambe. Las inscripciones en la piedra son los datos de los soldados allí enterrados y muertos durante la segunda guerra mundial: nombre, fecha de nacimiento y fecha de defunción, y lo que está escrito en la figura en forma de corazón negro con el ángel blanco significa lo siguiente:
«Las personas que amamos permanecen para siempre en nuestros corazones»
Todo esto me hace preguntarme sobre las historias de todos esos muchachos. Sus vidas forman parte de las nuestras porque a través de ellas se ha construido este presente de la misma forma que nosotros estamos construyendo el futuro.
Hoy día tenemos una vida llena de posibilidades y de oportunidades ¿vamos a ser tan osados como para desperdiciarlas?, ¿acaso no podemos hacer nada más de lo que hacemos para ser mejores?.
En palabras de Will Smith:
«Si no estás haciendo que la vida de alguien sea mejor, entonces estás desperdiciando tu tiempo»
O como mi compañero Ángel Alegre dice:
«Sal ahí fuera y haz algo que merezca la pena»
Tenemos el poder, la libertad y la capacidad para decidir qué hacer con nuestras vidas.
Hagámoslo ya.
Hagámoslo ahora.
Si realmente quieres vivir
No dejes de buscar
Te dejo con un vídeo que he descubierto hace un par de días y que me ha gustado mucho:
Un discursazo alentador como el sólo!Ese cuento lo leí hace tiempo y cada vez que tengo un momento genial cierro los ojos fuerte y lo retengo en mi memoria, deberia empezar a puntarlo en una libreta…creo que ganaria en ese cementerio, porque el truco no está en tener una vida increible sino en hacer increible cada momento de tu vida!
Super Juan!
Chu!
Y para hacer increíble cada momento de tu vida el truco está en rodearse de personas increíbles.
Super Caro!
Chu!
Comparto Juan, a medida que iba leyendo se me iba encogiendo el corazón y sentía más ganas de moverme.
Genial.
Judith
No dejes que tu corazón se encoja Judith sino que haz que se expanda y permítenos admirarlo.
Gracias por pasarte.
Abrazote!!
Hola Juan, hoy me he decidido a dejarte yo un comentario, porque tienes mucha razón en lo que dices en tu articulo… Aunque no siempre es fácil ser valiente. Por cierto, esos cementerios que mencionas que hay en Normandia son realmente sobrecogedores. Sigue así, porque tus artículos son muy interesantes y nos ayudan a reflexionar, por lo menos a mí. Un abrazo!!
Hola Agro, me alegro de que te hayas decidido a participar y dar tu opinión y espero que te animes a hacerlo más a menudo 🙂
Claro que a veces no resulta nada fácil o incluso no somos capaces de hacer las cosas que nos proponemos pero reconocer nuestros fracasos es de lo más valiente y sirve de ayuda para volver a intentarlo.
Cierto lo de los cementerios, la historia que soportan tiene un peso enorme y eso los hace sobrecogedores.
Muchas gracias a ti por leer y «reflexionar».
Un abrazo!!
Lo que resulta triste es comprobar como para la mayor parte de esta sociedad, los que pensamos así somos unos chalados o en el mejor de los casos unos bohemios idealistas e infantiles. Qué pena.
En cuanto al artículo y a tus motivaciones e intenciones ya sabes lo que pienso……….A POR ELLO TIGRE 😉
No sientas pena Majín.
Como digo en «sobre mí» lo más importante del camino que elegimos es con quién lo recorremos dado que los demás se nos hacen imprescindibles y es hacia ahí a donde hemos de mirar.
Muchas gracias por el apoyo y ánimos amigo.
Un abrazo!
No me apena, me parece triste que tanta gente viva esclava de los convencionalismos y sea tan reaccionaria, en fin, ellos se lo pierden.
Supongo que querías decir «prescindibles», refiriéndote «al resto».
Esa filosofía me recuerda al espíritu que envuelve el final y también el trasfondo de «LOST» 🙂
Con la frase «dado que los demás se nos hacen imprescindibles» quise decir que todos necesitamos en mayor o menor medida de alguien que nos acompañe. Repasando ahora el párrafo lo cierto es que no me expresé demasiado bien 🙂
Ok, tienes razón, esas elecciones de compañer@s de viaje son las que realmente día a día van determinando nuestro futuro.
Gracias a ti por tus reflexiones en «letra digital» 😉
Me quedé sin palabras Juan! Solo una emoción indescriptible y ganas de que todo el mundo lea esta genial entrada!! Un abrazo =)
Muchas gracias Soledad. Se nota que eres una persona especialmente sensible y comprometida.
Te confieso que yo también me he emocionado al escribirlo porque además, mientras lo hacía, escuchaba la canción del vídeo que tiene un mensaje increíble, como bien sabes.
Un abrazo fuerte!!
Precioso Juan yo vivo obsesionado con el futuro,pero intento superarlo hay que vivir en el presente aunque sin perderlo de vista,al fin y al cabo el porvenir lo vamos construyendo,aunque haya cosas que no se pueden controlar
Gracias Freddy.
Las cosas que no podemos controlar debemos aceptarlas como vengan para luego poder actuar sobre ellas e intentar cambiarlas si no nos gustan.
Un saludo!
Muchisimas gracias por enlazar a la entrada del cementerio Juan. Este post que has escrito es espectacular, y aparecer en el, un placer. Un abrazo
No hay por qué darlas Alfonso, hiciste un gran reportaje del cementerio y de ahí mi enlace.
Un abrazo.
…Y si no dejamos que hable el corazón serán las piedras que lo dirán.
PTB
Así es Almarqz, así es.
Me encantó, yo estoy en eso de recuperar libertad, y aprender a disfrutar más de la vida…..Vivía cumpliendo expectativas ajenas. Pero no me puedo salir de donde estoy, no te imaginás la presion que significa eso…..Estar entre ustedes me ha hecho bien……me volvió el corazon al cuerpo. Gracias
Muchas gracias Ana.
A todos se nos condiciona en mayor o menor medida desde que nacemos. Luego viene la difícil tarea de desaprender y romper con todos esos condicionamientos que nos atan y limitan y nos hacen infelices.
Conozco esa forma de vivir de la que hablas y esa presión que ahoga. Conozco el miedo y conozco la lucha por eso te animo a que no te rindas nunca y te apoyes en otras personas (como yo) que te refuercen en tus propósitos.
Entre todos lo conseguiremos.
¡Un abrazo!
Ánimo Ana, no vivas expectativas ajenas, no sólo no vivirás tu propia vida, es que tampoco cumplirás nunca con las expectativas de los demás ……
¡Espectacular! Yo, al igual que tú, también me considero un buscador 🙂
Gracias Ángel y además diría que eres un buscador ¡incansable! 🙂
Llegué por esas casualidades de Twitter a este post… Que historia!! Ojalá nos recuerden con lápidas de 24 horas diarias por toda la vida…Gracias por compartirlo!
Bueno, no sé si serán lápidas de 24 horas pero creo que tú lo haces bastante bien y no andarás muy lejos 🙂
Hola, muy bonito post. Yo también soy un buscador pero el problema es que no se lo que busco jaja. Por el momento, esforzarme de una vez por todas con el japonés aunque no me guste realmente por eso me cuesta. Se bastante ingles y sigo practicando a diario en duolingo, también portugues ya que lo aprendí bastante aquí en Japón y italiano que siempre me gusto y pienso ir allí el próximo año. Después de haber desperdiciado mi dinero en un pocket wifi, instalé el internet fijo pero no entendía las indicaciones para programar, me descargue una app para escanear y traducir pero una estafa total. Hace un momento por fin lo conseguí; pero bastante estresada de que el idioma me limite, así que a estudiar más.
Estoy leyendo tu blog desde el inicio y voy por esta entrada, anotando cada cosa que me sea útil para mi cambio personal. Obteniendo bastante claridad mental, pero aún falta mucho.
Ya iré descubriendo lo que busco. Saludos!
Me alegro mucho de tenerte por aquí Pamela, y de que a través de lo que escribo puedas obtener la claridad mental que necesitas para descubrir aquello que perseguir.
¡Mucha fuerza!
No hace ni dos días que descubrí este cuento… y otra vez aquí…
Comparto en facebook.
Lo de aprovechar el tiempo… en esa lección ya estamos!!
Hay tantas lecciones por aprender Ana que vamos a tener que mejorar en nuestra gestión del tiempo jajaja.
Menos mal que otra buena lección por aprender consiste en que de vez en cuando es mejor tomarse un respiro de tantas lecciones, y no hacer absolutamente nada más que respirar y contemplar 😉
Bueno que lindo y motivador me identifique e tenido muchas batallas pero e sabido sali a flote y proponerme salir sonreir y volver etudiar despues de 20 años a punto graduarme Educadora adora fue una de mis , tareas texi estudiar El Buscador me vi reflejada en que se presento una luz y siguió el rumbo , esperando ese momento magico junto los niños, gracias Juan divinas palabras soy de Uruguay
Muchas gracias por tus palabras Silvia y bienvenida a tu busca-espacio 😉
¡Un abrazo!