Una de las cualidades que más valoro en las personas es la autenticidad. Un rasgo que definiría como tener el valor de ser y de mostrarse tal y como uno es, de una forma íntegra y honesta, sin tener en cuenta modelos, modas o tradiciones y aceptando con humildad todas las limitaciones y cualidades que poseemos.
Como mencionaba en mi análisis de la película American Beauty, la sociedad en que vivimos trata de imponernos una serie de cánones del buen comportamiento y nosotros, en vez de revelarnos contra ellos cuando no nos dejan vivir como realmente queremos, lo que solemos hacer es crearnos una coraza que nos aisle y esconda nuestros miedos e inseguridades.
Cuando hacemos ésto vamos por la vida disfrazados de alguien que no somos, ocultando nuestro verdadero ser ante los ojos de los demás para evitar el rechazo y la crítica y obtener su aprobación.
A la hora de escribir en un blog sucede exactamente lo mismo porque hemos de decidir si aceptamos quienes somos y nos mostramos de esa forma, o si nos vamos de tiendas para escoger el disfraz que mejor se adapte a la ocasión.
Bloguea con Autenticidad
Para mí la autenticidad significa que, siendo consciente de lo que tienes y de lo que te falta, de tus virtudes y de tus defectos, de tus creencias y de tus prejuicios, de tus cualidades y de tus limitaciones, no te importa en absoluto mostrarlas al mundo tal y como tú las percibes.
La personalidad es como una huella dactilar. Cada persona tiene una experiencia específica e irrepetible que con el tiempo la ha ido moldeando y la ha dotado de matices y rasgos únicos. Estos rasgos son los que nos diferencian y mostrarlos tal cual son, lo que nos hace auténticos.
Practicar la autenticidad me parece un valor muy importante a la hora de escribir en un blog, porque cuando somos auténticos somos honestos y no solo con quien lee, sino también con nosotros mismos.
Ésto se convierte en un rasgo diferenciador muy valioso en el sentido de que es exclusivo, es lo que te identifica, es tu marca, eres tú.
No significa que tengamos que contarlo todo (yo desde luego no lo hago), pero sí que lo que contemos sea nuestro, y la forma en que lo contemos, también.
No se trata de airear nuestras intimidades como si fuese un desafío que debemos afrontar para demostrar nuestra valentía. Se trata de hacerlo porque hay algo en nuestro interior que nos lo está pidiendo a gritos, y porque sabemos que lo necesitamos para sentirnos mejor, para evolucionar como seres humanos y, por qué no, para ayudar y ser ayudados.
Y puede que te estés preguntando… ¿y cómo se hace eso?
Pues en mi opinión:
Reconocer nuestros errores nos hace auténticos.
Enfrentar nuestros miedos nos hace auténticos.
Reírnos de nosotros mismos nos hace auténticos.
Decir lo que pensamos nos hace auténticos.
Aceptarnos como somos nos hace auténticos.
Ser sinceros nos hace auténticos.
Mostrarnos sin reparos nos hace auténticos.
Confiar en nosotros mismos nos hace auténticos.
Dejarnos hacer lo que queremos hacer nos hace auténticos.
Hacer una pausa mientras escribimos para retorcernos los dedos del pie nos hace auténticos 🙂
No te compares con nadie
Al igual que me ha pasado a mí, puede que antes de comenzar con tu blog hayas sido un ávido lector de los blogs de otros, y quizá éstos te animaron a iniciar tu propia aventura y ahora te siguen ayudando como fuente de conocimiento e inspiración.
El problema aparece cuando, tras unos meses publicando, el impulso inicial disminuye y lo que antes era una novedad se va transformando en rutina.
Llegado ese momento, y créeme que llegará, es bastante frecuente empezar a comparar nuestros resultados con los de esos blogs que seguimos.
Quizá empieces por fijarte en su diseño, en el tema que utilizan o en el número de entradas que publican a la semana. Luego pasas a hacerlo con su número de suscriptores, o con sus seguidores en redes sociales, o con sus comentarios en cada entrada.
Empiezas a pensar en que saben más cosas que tú y escriben mejor, en que aportan más valor, en que son geniales, más guapos y tienen mejor sonrisa.
Detente.
No sigas por ahí.
Si lo haces lo que vas a conseguir es cabrearte, perjudicarte y desmotivarte.
Trata de seguir tu propio camino centrándote en tus cualidades y en tus resultados sin tener en cuenta los de los demás.
Cada uno partimos de una determinada situación y con unas circunstancias específicas que hacen que la comparación sea inútil, equivocada y perjudicial.
Solo con leer lo que otros escriben no podemos saber todo lo que se esconde detrás de sus resultados.
No sabemos el tiempo que emplean, los recursos que tienen, sus ayudas o colaboraciones, su capacidad, en definitiva, no sabemos sus circunstancias.
Lo único que debería preocuparnos es si nosotros estamos haciendo el esfuerzo necesario para alcanzar los objetivos que nos hayamos marcado, y si estamos exprimiendo nuestras cualidades al máximo (si eso es lo que buscamos).
No debes competir contra lo mejor de otros, sino contra lo mejor de ti.
Ellos también son humanos y seguro que a veces tienen problemas, dudas e inseguridades.
Es más que probable que en ocasiones estén tan hartos como tú, y que juren en Arameo como tú, y que golpeen el teclado como tú, y que aprieten los dientes, y que se retuerzan el pelo y los dedos de los pies.
Y en esos momentos quizá lo único que los sigue impulsando son sus ganas, su entrega, su esfuerzo y su constancia.
Cada camino es inimitable y cada uno ha de recorrer el suyo propio.
No te lo pongas más difícil y empieza a disfrutar de tus logros en vez de envidiar los de los demás.
Puedes hacer muchas más cosas de las que crees poder hacer, tan solo necesitas encontrar la senda adecuada que discurrirá por allí donde se mueva todo aquello que te ilusiona.
Respira profundamente.
Sal ahí fuera.
Sonríe.
Conecta con la vida.
Busca tu ilusión.
¿Quieres ser auténtico?
¡Pues menéalo!
(El post ¿eh?)
[La foto de portada no explica por qué carajo hago tantas fotos de mis manos aunque creo que tiene que ver con que me gustan bastante más que mi cara 🙂 ]
¡¡¡100% de acuerdo!!! ¡Gracias!
Muchas gracias a ti Olalla, por pasarte y comentar.
¡Un saludo!
Hay que ser auténtico, no hay otra. Una de mnis frases favoritas de Oscar Wilde (que además repito muchas veces pk me gusta y me hace ilusión jeje) dice algo así como que hay que ser uno mismo, porque el resto de personajes ya están cogidos. Yo sólo, nadie hace mejor de uno mismo que uno mismo. Nadie va a ser YO mejor que yo jejej (que lío). Saludos!
Había escuchado esa frase pero no sabía que era de Oscar Wilde 🙂
Es cierto que «nadie puede ser mejor yo que yo mismo», lo que ocurre es que no nos gusta o nos asusta ese yo y por ello lo ocultamos bajo disfraces.
Gracias Lola!
Saludos!
Buenísimo:)!
¿Qué más añadir? Por supuestísimo que la autenticidad nos hace más humanos y mejores. El problema a veces es identificar nuestro auténtico yo. A veces tenemos tantas facetas de nosotros mismos que nos perdemos intentando saber cuál debemos seguir.
(Crisis existencial: ¿QUIÉN SOOY?)
Es decir, en mi caso creo que a veces soy demasiaaaaado reflexiva, me lo pienso todo 1000 veces, acostumbro a ser seria, etcetc ( jaja pero solo a veces eh!) y estos rasgos no me acaban de convencer en mí. Entonces en el blog no quiero transmitirlos tanto, no quiero seguir por esa línea. Porqué yo también soy alegre y optimista, y si plasmo eso en el blog, como que me ayuda a créermelo.
Pero bueno, que eso también cuenta como auténtico, ¿no? Creo que cumplo los puntos que has indicado para serlo. Incluso el último 😉
Besos!
Tener dudas y temores es algo natural y mostrarlas tal cual las sentimos y se nos presentan es lo auténtico.
Todos tenemos una personalidad compleja formada por múltiples facetas y éstas se manifiestan en cada momento dependiendo de nuestro estado interno (como nos sentimos).
Aceptando como somos y mostrando como eso nos hace sentir empezamos a cambiarlo. La única forma que conozco de ser alegre y optimista es comportándote así tanto con los pensamientos como con los actos. Si escribir de ese modo te ayuda a sentirte así y a reforzarlo pues adelante.
Gracias por pasarte
¡Besos!
PD: ¿tus dedos de los pies también se retuercen como los míos? 🙂
Sí me animo sí, por los auténticos…. mucho mejor la vida así!
Estoy de acuerdo Sandra.
¡A por ello! 🙂
Lo difícil es no animarse tras leer tu blog. Es Auténtico, eres Auténtico y mereces una Auténtica consideración. Te puse una vez en un comentario que tiras de mí, y es verdad cada vez que te leo siento que me empujas hacia un sitio mejor y abres una puerta, mientras yo cierro otra del pasado. Me gusta sentirme así. Sentirme más Auténtica. Gracias y un abrazo
Pues no sé quién animará más a quién porque cada vez que haces un comentario me conviertes en un gigante.
Siento una gran satisfacción por poder ayudar pero partiendo de la base de que el mérito es todo tuyo porque eres increíble y muy especial y así deberías sentirte.
De corazón, muchas gracias a ti por todo lo que das.
Un superabrazo!
Guauuuu!!!Me ha encantado!Toma pedazo de coach de blogueros!!!XDDD
Pues por lo que pones en tu lista debo de ser bastante autentica!!Mira que bien una cualidad mia que no sabía! Hay que ser como eres, y no intentar enmascarar tus fallos, yo por ejemplo tengo un pavo que me lo piso y no trato de ocultarlo!jajajja a quien le guste el moco de pavo que se me arrime al que no…^.^
Chu!!
PD:Yo estaba pensando lo mismo de las fotos de tus manos antes de leer el pie!!XDDD
Gracias gran Caro
No tengo ninguna duda acerca de tu autenticidad y precisamente eso es lo que hace que me gustes tanto 🙂
Además estoy deseando conocerte para darte un enorme y superauténtico abrazo.
PD: tengo pies de geisha (super pequeños), ya te contaré por qué 🙂
La de los pies pequeños eran las chinas!pies de loto, los más valorados!Pero te he entendido perfectamente…aunque estoy con Kate…que mie**** haces con los dedos??IIuuuuuuuuu!!!XDDDD
1: Tu pié es raro D: Se retuerce!!!
Ya me pongo seria…
Qué puedo decir, 100% de acuerdo obviamente. Hay que superarse a uno mismo antes de mirar para los lados.
Muy buen post 😀
Como le he dicho a Caro, tengo los pies muy pequeños para ser hombre jeje, ya os contaré.
En eso de superarse creo que tú eres muy buena así que tendré que aprender de ti si quiero mejorar 🙂
Gracias por pasarte pequeñaja
Besote!
Muy buena entrada. La mejor manera es la de ser automáticamente y únicamente nosotros mismos. Como dijo el poeta «pinta tu aldea y pintaras el mundo», en este caso el ser vos mismo te hará universal. Una gran entrada, leída y disfrutada con placer.
Un saludo.
Muy buen lema el del poeta Artemas. Empezar por pintarse uno mismo para que eso se refleje en el mundo.
Me alegro de que te haya gustado.
Gracias por pasarte y comentar.
Un saludo!
Bueno, ser auténtico no es difícil (de hecho, veo más difícil ser un buen impostor) y creo que, inevitablemente, todos somos algo auténticos. El problema es que te acepten como eres. Las personas impostan (o impostamos) para ser aceptados más fácilmente, cosa que también delata la autenticidad que tienen (tenemos) en desear ser queridos.
Yo creo que si nos aceptásemos a nosotros mismos, el que nos acepten los demás no nos resultaría tan importante porque las relaciones valiosas son aquellas que se basan en el respeto y que no pretenden cambiar a las personas sino enriquecerse a su lado.
Los que te respetan y aceptan son los que verdaderamente merecen la pena.
He conocido muy pocas personas auténticas, tan sólo una o dos, es lo que más valoro en la gente, quizá porque a mí me falta mucho para llegar a serlo. Me parece que conocerse bien y aceptarse es lo más difícil que hay.
Saludos Juan
Reconocer los errores y la propias limitaciones es de por sí auténtico Kris, no lo olvides.
Es cierto que no resulta fácil pero es básicamente por lo que nos han enseñado que es bueno o malo. Tenemos que quitarnos mucha mierda de encima para avanzar y eso es lo más costoso. Una vez se empieza la poda las cosas poco a poco se van aclarando y las recompensas que se obtienen ayudan y dan fuerza para continuar.
Tú a mí me pareces muy auténtica 🙂
Saludos Kris!
Querido, Juan, has logrado retratar al detalle lo que ha sido un poco mi propio caminar en esta experiencia bloguera. Me encanta que sepas darle el nombre adecuado a las cosas, como un espejo donde podemos mirarnos sin que aparezcan monstruos. Gracias por esta cálida compañía. Abrazos
Me alegra que te guste mi espejo María Eugenia, intento sacarle brillo para que mi reflejo se vea lo mejor posible.
Gracias a ti por tu acogida y generosidad.
Abrazos.
Me parece genial este artículo. Plantea todas esas incertidumbres que sentimos cuando escribimos un blog. Me he reconocido en lo que escribes. Yo he sentido esa especie de envidia encubierta por otros bloggers y sus blogs, luego me he dado cuenta que lo que ellos han logrado ha sido a base de esfuerzo y dedicación por un tiempo más extenso que el que llevo yo de blogger y con ese analisis y autocrítica que he realizado, llegué a la conclusión que mi blog es y tiene que ser como es. No puedo plasmar algo que no siento o que no me representa porque no me nace, ni siquiera me motiva para obtener más seguidores o más vistas. Mi blog es como yo y estoy segura que no le gusto a todos.
Esta entrada si pudiera la guardaría como favorita. Muy buenas reflexiones. Un abrazo y comparto.
Lo de compararse con otros es muy común y todos lo hacemos en mayor o menor medida.
Lo que a mí me parece es que es perjudicial por todo lo que explico en el artículo además de que todos tenemos algo (o mucho) que nos hace únicos y eso es lo que deberíamos explotar.
Creo que ese es el camino y además el que nos ofrece las mejores recompensas.
Me alegro de que te haya gustado Lumy y sobretodo, espero que te haya ayudado.
Gracias.
Un saludo!
Qué gran post… A mi me pasaba EXACTAMENTE lo que cuentas antes de decidirme a empezar mi blog. Me ponía a mirar la web de David Cantone, de Frank Scipion y de otros bloggeros establecidos y me agobiaba. Pensaba que nunca podría escribir posts tan buenos ni tener tantos subscriptores. Estuve así meses y meses, bloqueado por compararme con otros, hasta que un decidí empezar haciendo las cosas a mi manera, sin envidiar a los demás… ¡y funcionó!
Tu concretamente, Juan, desprendes autenticidad por todos los costados, tanto en tu blog como en persona. Estoy muy muy muy contento de haberte conocido. Nos vemos en Valencia!! 🙂
Muchas gracias Ángel…
Si he acertado con este post es sencillamente porque he escrito sobre mi propia experiencia que también ha sido la tuya y la de tantos otros que se ven identificados.
Seguir mi propio camino también me ha funcionado para salir del bloqueo y por eso creo que merece la pena compartirlo por si puede ayudar a otros.
Me alegro de haberte caído bien, el sentimiento es mutuo 🙂 y espero que podamos seguir viviendo aventuras juntos muy pronto.
¡Nos vemos en Valencia!
Gracias Juan por este artículo. Me ha gustado mucho y en mi blog estoy intentando buscar mi propia voz interior. A veces es muy complicado por todos los que nos hablan a nuestro alrededor y las convenciones sociales establecidas.
Fue un placer conocerte en Valencia y creo que podrás hacer grandes cosas.
Desde este humilde pensamiento GRACIAS y un fuerte abrazo.
Gracias a ti Luismi, por pasarte y comentar.
Creo que todos los blogueros pasamos por momentos parecidos y nos enfrentamos a retos similares y por eso me ha parecido que compartirlo podía resultarle útil a alguien.
También fue un placer para mí conocerte. Creo que tienes muchas y muy buenas ideas y, lo que es más importante, ganas e iniciativa.
Un abrazo!!
Como siempre un gran artículo. Definitivamente la autenticidad de cada persona es un don. Sin embargo, cómo diferencias a un auténtico de uno que no lo es. Hay gente en este mundo virtual que sabe disimular muy bien y aparentar ser «auténticos» cuando de verdad no lo son… ¿Qué complicado no? yo la verdad es que no se cómo hacen y pocas veces me doy cuenta de eso, pero cuando veo comentarios donde dicen que fulanito no es autentico me pregunto ¿cómo ha podido engañarme si a mi me parece autentico? ¿cómo ha podido la otra persona descubrir que no era auténtico?
En definitiva, estoy de acuerdo en que hay que buscar tu propia voz, en que debemos ser honestos con nosotros mismos y lo más auténticos que podamos, yo por lo menos lo soy, lo que pasa es que no me entienden jajaja 😉
Pues quizá no lo puedas diferenciar Diana pero sí sabes si te gusta o no lo que puede ofrecerte. Yo nunca me fío de las opiniones ajenas ni tan siquiera si son sobre ellos mismos. Muchas personas no tienen ni pajolera idea de como son o por qué hacen lo que hacen y su opinión es totalmente irrelevante.
Tú serás o no auténtica pero a mí me gusta lo que ofreces y con eso me basta (entenderte ya es otro cantar 😉 )
Muy buen artículo Juan. lo he disfrutado. Tienes mucha razón. Saludos
Gracias Lumy pero no trato de tener razón sino de compartir verdades, las mías 😉 .
Saludos.
Ay qué miedito!! Pero cuánta razón llevas. La verdad es que en lugar de darle tantas vueltas a la cabeza, lo que tendría que hacer es lanzarme a la piscina, aunque no tenga ni chispita de agua. Autenticidad parece algo que puede resultar sencillo, sobre todo de puertas para afuera, porque con el disfraz estas a salvo, podemos parecer auténticos interpretando el papel o rol que hayamos elegido… pero lo chungo llega cuando, a solas, no somos capaces de reconocer en qué parcelas seguimos prescindiendo de la autenticidad.
El miedo es muchas veces la mejor razón para hacer las cosas Ana, porque justo detrás de él se ocultan los mejores cambios y los logros más satisfactorios. Es aprendiendo a vivir con miedo, y aprendiendo a vencerlo como mejor avanzamos y más crecemos como seres humanos.
Pero no siempre se consigue vencer, tampoco siempre se sale adelante, lo conozco de primera mano porque es algo que depende de muchos factores y de muchas circunstancias.
No hemos de reprocharnos el tener miedo ni tampoco el que nos venza, es algo muy natural y comprensible, y en su lugar podemos empezar por aceptarlo, y por comprendernos y querernos así, con nuestras carencias y limitaciones. Es humanidad y punto. No hay nada más auténtico.
Es desde esa base que podremos empezar a trabajar para mejorar-nos, y sin compararnos con nadie por supuesto.
No es sencillo, ni fácil, ni corto, pero eso es precisamente lo que hace que merezca la pena.
¡Un fuerte abrazo campeona!