Practicar la gratitud es una de las actitudes más importantes que puedes adquirir y una de las que más cambiará tu vida con diferencia. ¿Te parece si aprendemos juntos a hacerlo a través de un recorrido por todo lo que puede aportar a nuestras vidas el ser agradecidos?
Un exceso de positivismo
No hace mucho te hablaba de que tienes derecho a sentirte como te de la gana ya que considero que cualquier sentimiento va implícito en nuestra condición humana, y además darnos la libertad de estar decaídos o tristes me parece algo positivo, necesario y enriquecedor.
En muchas ocasiones un exceso de positivismo puede hacer que generemos unas expectativas irreales poco coherentes con nuestras capacidades y circunstancias, contribuyendo a aumentar nuestro nivel de insatisfacción generando frustraciones que nos resultan perjudiciales.
Una de las alternativas al positivismo exacerbado, centrado en las expectativas referentes al futuro, es el hábito de practicar la gratitud, es decir, el hábito de reconocer (darnos cuenta) y de sentirnos agradecidos por todo lo que tenemos (y obtenemos), en vez de centrarnos en todo aquello que nos falta.
Reconocer y en cierto modo conformarse con lo que uno tiene (y obtiene), no significa dejar de estar interesado en mejorar, ni tampoco rendirse ni bajar la cabeza. No tiene que ver con resignarse, sino con ser consciente y aceptar las limitaciones propias abandonando las prisas y las urgencias por cambiar las cosas.
Si nos precipitamos es cuando las expectativas pueden resultar dañinas y generarnos ansiedad, convirtiéndose en obstáculos para tener una relación sana con la vida: cuantas más expectativas tengamos menos habremos satisfecho, y por tanto más insatisfacción sentiremos.
En este sentidopracticar la gratitud aprendiendo a dar las gracias, tanto por lo que tenemos como por lo que nos dan, me parece un buen ejercicio y una gran fuente de bienestar, porque además de hacernos sentir bien a nosotros mismos y a los demás, es algo que nos ancla al presente, permitiéndonos abordar el cambio y la mejora desde la consciencia y la serenidad, alejándonos de las urgencias.
Te lo resumo:
Si esperamos despertar cada mañana es poco probable que nos sintamos agradecidos por estar vivos.
Gratitud y Humildad
Hay personas que parecen capaces de agradecer todo aquello que la vida les pone en su camino sin aparente esfuerzo, y sin embargo otras a las que les cuesta un mundo porque todavía no han aprendido cómo hacerlo.
Muchas de estas últimas parecen incapaces de practicar la gratitud porque casi nunca están conformes ni contentas con lo que tienen y les sucede, por no hablar de que siempre quieren más y nunca se sienten saciadas o satisfechas.
Esta actitud de la queja y la insatisfacción permanentes me recuerda a un pequeño pasaje que dice:
En una ermita, ante una imagen de la Virgen, un hombre joven lloraba quejándose porque no tenía zapatos, hasta que detrás de él escuchó los lamentos de un viejo que, de rodillas, lloraba porque no tenía pies.
¿Será necesario encontrar a alguien que sufra más que yo para aprender a agradecer lo que tengo?
Sinceramente no lo creo y estoy seguro de que tú tampoco, a pesar de que en ocasiones nos haga falta verlo de esta manera para reaccionar.
Para mí la gratitud es una actitud que nace de la humildad, por lo tanto para ser agradecido hay que ser primero humilde, cualidad de la que las personas permanentemente insatisfechas suelen carecer.
Ser humilde implica entre otras cosas:
- Reconocer nuestros errores y limitaciones.
- Estar dispuesto a equivocarse y a aprender.
- Saber pedir perdón.
- Ayudar, respetar y valorar a los demás.
- Dejar de presumir o alardear.
- Ser generoso.
- Hablar menos y escuchar más.
Y no deberíamos confundir ser humilde con ser servil porque son dos cosas totalmente diferentes.
Lo servil está relacionado con la servidumbre y la baja estima, con lo rastrero incluso, sin embargo la humildad no solo es perfectamente compatible con una alta estima sino que además la fomenta.
Las personas humildes son las que mejor se valoran practicando el respeto por sí mismas, para a partir de ahí respetar y valorar a los demás.
En mi artículo sobre las relaciones interpersonales te hablo sobre como emplear todas estas cualidades propias de la humildad y alguna otra para mejorar en el trato y en la comunicación con los demás, por lo que si te interesa el tema te recomiendo que le eches un vistazo.
Practicar la Gratitud
La expresión de gratitud más simple que conozco consiste en una mera sonrisa y un gracias que le haga saber a la otra persona que su presencia, su palabra, su silencio, o sus actos, son importantes, y que de alguna manera nos ayudó con lo que hizo (aunque no lo hiciera para ayudarnos).
Se trata de demostrar respeto y de valorar lo que los demás hacen por nosotros independientemente de cual sea su motivación para hacerlo.
Estoy seguro de que eres capaz de imaginar alguna ocasión en que has recibido de otra persona un amable gracias acompañado de una sonrisa sincera, ¿recuerdas como eso te hizo sentir?
Deja que yo te lo diga: agradecido
El agradecimiento sincero genera a su vez más agradecimiento, y es ahí cuando se produce lo que yo llamo ‘el billete de vuelta’, es decir, la respuesta que recibimos de los demás y que, en muchas ocasiones, comienza con un sencillo ‘de nada’ o un ‘no hay de que’, aunque mi preferida y la que más me gusta emplear es ‘(gracias) a ti’.
Pero no solo se trata de agradecer a los demás, sino que también debemos empezar por valorarnos y agradecernos a nosotros mismos todo lo que somos y lo que hemos conseguido, mucho más allá de los errores cometidos y de todas nuestras limitaciones.
Esto hará que podamos apreciar, valorar y vivir el presente, aceptando la vida tal como es y alejando la insatisfacción derivada de pensar en cómo creemos que debería ser.
La gratitud además es como un músculo que a medida que lo entrenamos se hace más fuerte, y de esta manera nos permite percibir cada vez más cosas por las que sentirnos agradecidos.
Por eso es importante ser constantes y entrenarlo con regularidad y de forma consciente. No sirve de nada decir gracias de forma automática y como mera fórmula de cortesía si no estamos presentes y lo sentimos sinceramente.
Cantidad y calidad han de ir de la mano y cada vez que agradezcas tienes que sentirlo.
Estos son los dos ejercicios básicos que te propongo:
- Trata de ser más consciente prestando atención al presente para así poder percibir todo aquello por lo que podrías sentirte agradecido.
- Cada vez que descubras algo, párate a sentirlo y a continuación exprésalo como mejor te parezca: háblate a ti mismo, díselo a alguien, o realiza cualquier acción que manifieste tu gratitud.
Con el incremento de tu atención hacia el presente, y con la práctica y la repetición de estas positivas sensaciones, un nuevo mundo se abrirá ante tus ojos, porque verás las cosas desde una perspectiva diferente que te ayudará a incrementar tu nivel de bienestar y el de los demás.
Los Beneficios de Ser Agradecido
La gratitud es una de las actitudes más importantes que puedes adquirir, y una de las que más cambiará tu vida con diferencia.
Alguien agradecido está mucho más cerca de lo que significa ser feliz, y de llevar una vida más plena de lo que lo está una persona crítica y malhumorada.
La gratitud cambiará tu perspectiva de la vida.
Las personas agradecidas ponen su foco en dar y en los demás, las personas desagradecidas se fijan más en sí mismos, y se revuelcan en autocompadecerse, en su inseguridad y en sus dudas.
La gente agradecida es también mucho más optimista y siempre ve las circunstancias en las que se encuentran como una oportunidad para aprender lecciones y sacar algo bueno, lo cual no implica que no pase por momentos bajos, pero son los menos.
Ten además en cuenta que, cuando practicas la gratitud, no solo tú te sientes bien, sino que contribuyes a mejorar la vida de los demás incrementando su bienestar.
Y te darás cuenta de que cuanto más das más recibes, porque cualquier acto que realices encaminado a mejorar la vida de otra persona redundará en un beneficio para ti mismo.
Practicar la gratitud aumenta nuestra calidad de vida y además fomenta la reciprocidad, siendo en este punto cuando el siguiente mensaje cobra sentido:
Si no estás haciendo que la vida de alguien sea mejor, entonces estás desperdiciando tu tiempo.
Resumiendo, estos son algunos de los beneficios que yo veo en practicar la gratitud:
- Nos conecta con la vida.
- Contribuye a la felicidad y al optimismo.
- Reduce la insatisfacción.
- Nos ayuda a adaptarnos a las circunstancias.
- Mejora la salud mental y física.
- Eleva la autoestima, la confianza y la seguridad.
- Nos hace más conscientes y nos permite vivir en el presente.
- Mejora nuestras relaciones haciéndolas más sanas.
- Nos enfoca en lo positivo y en sus valores.
¿No te parecen razones suficientes como para ponerte a agradecer ya mismo?
Y por si todavía no lo ves claro, y para complementar toda esta verborrea, te dejo con una pequeña historia que a mí me resulta especialmente reveladora.
A una estación de trenes llega una tarde una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el tren se retrasará y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al kiosko y compra una revista, y en otra tienda compra también un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.
Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un periódico. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una, comienza a comérsela despreocupadamente.
La mujer se siente indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a ignorarlo haciendo como que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita, la exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Como única respuesta, el joven sonríe… y coge otra galletita.
La señora gruñe un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo una última galletita. ‘No podrá ser tan caradura’, piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Y con una sonrisa amorosa le ofrece media a la señora.
– ¡Gracias! – dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
– De nada – contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.
El tren llega.
Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa: ‘Insolente’.
Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas… ¡Intacto!
Y ahora dime:
¿Tú como prefieres ser?
Yo lo tengo claro, y por eso quiero agradecerte el que estés ahí, que dediques tu tiempo a leer lo que tengo que decirte, y que compartas con otras personas todo lo que crees que les puede ayudar.
¡Estoy seguro de que obtendrás tu billete de vuelta!
¡Muchas Gracias!
[Foto de portada: un atardecer desde el adarve de la muralla romana de Lugo (Galicia-España)]
Gracias totales…
Sé que lo conoces, pero para esos científicos que buscan aun más razones para agradecer, les dejo: https://www.youtube.com/watch?v=QMpJcABHmgE
… (a ti)
Muy bueno, sí lo conocía pero la verdad es que no me he acordado de él 🙂
Muchas gracias por la aportación Andrea
¡Eres grande!
al principio de año decia me importa un culo, ahora en ves de decir
» me importa un culo » digo que maravilla hombre
¡Que maravilla mujer! 😉
«Reconocer y en cierto modo conformarse con lo que uno tiene (y obtiene), no significa dejar de estar interesado en mejorar, ni tampoco rendirse ni bajar la cabeza.»
Considero que este es el cambio mas importante para crecer y replantearse las prioridades de la vida.
Mucha sabiduría encierra esta entrada. Me encantó y sorprendió la historia. No me imagino el sentimiento que provocó tal desenlace, en esa mujer! Te felicito amigo, se nota un crecimiento importante (si me permites) en tu persona. Un abrazo y GRACIAS!
La historia también encierra mucha sabiduría Sole, más de la que a lo mejor pueda parecer en un principio.
Muchas gracias a ti por tus amables palabras.
Un abrazo!
Me ha encantado este post y este tema Juan.
La gratitud es una de las sensaciones que mejor me hacen sentir. Yo siempre me he considerado una persona muy agradecida hacia cualquier persona que me haya ayudado o haya sido amable conmigo. Pero hace unos años me enseñaron otro tipo de gratitud que nunca me había planteado, la gratitud por todo lo que tienes (por la casa donde vives, por el trabajo que tienes, por el coche que tienes, por poder andar, saltar, correr…) son cosas a las que estamos tan acostumbrados que ni les damos importancia.
Muchas gracias por aportarnos valor 😉
Un abrazo.
Como digo en el post, agradecer lo que somos (podemos hacer), lo que tenemos y lo que nos dan no significa conformarnos ni renunciar a mejorar, sino aspirar a hacerlo desde la base de la humildad y el reconocimiento del valor de todo lo podemos disfrutar en el presente.
Gracias a ti Marcos, por tu gran disposición y por tu humildad 🙂
Un abrazo.
Agradecer es hacer conciencia, revelar el valor básico, el mas directo a la superación. Indica atención, satisfacción, alegría, es hasta una caricia a veces. La gratitud es también corresponder justamente a la generosidad de alguien mas, reconocer el valor del favor recibido. No se puede tener ninguna virtud social previa a la gratitud excepto el arrepentimiento. La gratitud es un vínculo de lealtad hacia la persona que nos ha favorecido que solo puede romperlo otro acto: uno de justicia. Cuando se es agradecido y humilde al mismo tiempo se alcanza una libertad tan grande que el gozo de ser nos ilumina.
PTB
Gran disertación Al Marqz, muy espiritual. No sé cuales son las virtudes sociales que consideras, pero la gratitud y la humildad figuran sin duda entre las que yo creo más importantes por realizadoras.
Un saludo!
Es cierto, en general somos poco agradecidos. Vamos por la calle con el piloto automático puesto, y últimamente, sobre todo en España que es lo que conozco, la gente protesta mucho pero se quedan con los brazos cruzados. Algunas protestas tienen sentido pero otras y es que se quejan por todo. Algo pasa, estamos malhumorados, sin sentido del humor… Mira, yo gozo de estupenda mala salud y cada día cuando despierto sonrió y me siento feliz y agradecida, la gente no valora lo que tiene y refunfuña por lo que no tiene. En los ochenta eramos mejor, teníamos más cosas dentro. En fin, te dejo con mi amigo Rosendo.
Quizá la situación social actual nos tiene un poco en shock, desorientados y ciegos a todo lo que sin duda podríamos agradecer. Cierto que el disgusto es bastante generalizado y esto quizá viene por el acomodamiento en el que nos encontrábamos y porque, cuando se pierden privilegios de los que se gozaba sin valorarlos, es cuando se protesta, sin darnos cuenta quizá de lo poco o nada que hicimos por mantenerlos.
Me alegro de tu actitud positiva Ainhoa, está claro que la contraria no te ayudará en nada sino que te haría empeorar. Espero que tu salud mejore y sigas contagiando valor y optimismo con más fuerza si cabe.
Ánimo y un abrazo!
PD: muy buena la canción de Rosendo 🙂
juan!!
Me ha encantado este post!! Será porque es una de las mejores cosas que se puede ser en esta vida, agradezco hasta el agua que me bebo, y soy una persona muy feliz así que creo que este manual para ser agradecido es de lo mejor que podías compartir con tus lectores.
Pero disiento contigo en algunos puntos de la humildad, no van necesariamente unidos, aunque queda mal decirlo, no me considero especialmente humilde pero en cambio soy 100% agradecida. Uno tiene que ser muy consciente de lo que vale y no menospreciarse al «intentar» encajar en el perfil de persona humilde y agradecida.
Por lo demás chapó! Impetus powerrrrr!!
Chu!!
Bueno Caro, por lo que he podido conocer de ti, yo sí te veo como una persona humilde. De las 7 cualidades que menciono sobre la humildad en ti he visto por lo menos 5, con lo cual casi haces pleno 😉
Ser humilde no consiste en menospreciarse ni en tratar de encajar en ningún perfil sino precisamente en lo contrario, en valorarse y en sentirse seguro de lo que uno es y quiere, y en tener bastante claro como se quiere enfocar la vida.
Ten en cuenta que cada vez que agradeces haces un ejercicio de humildad, por lo que tienes para regalar 🙂
Bico!!
Que bonito mensaje, muchas gracias 🙂
Es sorprendente ver como hay personas tan poco agradecidas con la vida, yo conozco a muchas. Se quejan, se quejan y quejan y tu dices: «Pero por Dios, tiene dos manos, dos pies, un cerebro, estudios y hasta dinero y ¿por qué diablos se queja tanto? Por qué no agradece que tiene salud, estudio y un mundo de posibilidades… Pero no, quejarse, lamentarse es mejor que agradecer, buscar, salir de su «mundo» y ver que afuera hay mucho más. Mucho más para vivir, para agradecer, para ser y para disfrutar…
Gracias a Dios no todos somos iguales y así como hay gente que no agradece y mejor se queja, hay otro grupo de personas que son felices aquí y ahora, agradecen y sobre todo disfrutan de su momento en este mundo…
No creo que se trate de encajar en un perfil, cada quien debe ser como es y si quiere mejorar, cambiar y aprender el camino es largo y la oportunidad infinita, así que lo importante es que cada día sea o intente ser mejor consigo mismo, lo demás vendrá con el tiempo 🙂
En realidad todo lo que tiene que ver con uno mismo es lo más difícil de detectar y por eso nos cuesta tanto darnos cuenta de nuestros comportamientos, cuando sin embargo nos resulta tan fácil ver los de los demás. Así es como funcionamos y por eso que necesitamos luchar si queremos cambiarlo.
Como todo lo demás en cuanto a comportamiento, agradecer requiere de un periodo de aprendizaje que comienza con el darse cuenta, que es el requisito indispensable para poder iniciar el proceso de cambio. Como dices, el camino es largo (interminable diría yo) y las oportunidades infinitas, por lo que conviene aceptar lo que viene y aceptarse para así poder continuar caminando en la dirección correcta.
Gracias por pasarte 🙂
Me topé, como por casualidad, con tu publicación, y sentí como si te estuvieras dirigiendo a mí, jjjj… No tuve más remedio que compartirlo en una red social, espero que no te haya molestado mi osadía… Un placer leer cosas como éstas que te ayudan a ser cada día mejor, a darte más y a encontrar todos los días que hay personas maravillosas por las que merece la pena ser agradecidos…
¡Hola Clara!
¿Una osadía compartir?
¡Desde luego que no!
Muy al contrario, es todo un honor que te haya gustado, que te sirva, y que desees le sirva a otros.
Un abrazo!!
Maravilloso este articulo….Me gustaria con su permiso colgarlo en mi blog pero no conozco su nombre, solo se que se llama juan….
Hola Ángel.
Puedes colgarlo en tu blog siempre y cuando hagas referencia a su autor (mi nombre es Juan Núñez) y pongas un enlace a este artículo.
Me alegro de que te haya gustado, y además espero que te sirva.
¡Un saludo!
Hola.
Que buen artículo, que bueno fuera que todos practicáramos estos consejos que nos das en tu artículo.
Mis felicitaciones.
Este post es de los que luego dan trabajo, jajajajaja. Ahora mismo Juan, me cuesta mucho agradecer… aunque normalmente suelo agradecer todo lo que me ocurre.
Pero tengo un miedo respecto a esto… ¿ y si me paso de agradecida o me creo humilde cuando en realidad puede ser miedo a decir las cosas como imagino que son o, por otro lado, pueda deberse a un conformismo derrotista insano?.
Hay una delgada línea ahí, ¿no?
En todas las facetas de la vida debemos buscar el equilibrio, como bien recomendaba el maestro Bruce Lee, y en mostrar gratitud no está la excepción.
Lo que hay que intentar es que no sea una gratitud forzada sino natural, es decir, que la sintamos de verdad, lo que por cierto es una actitud interna que debemos practicar e interiorizar, lo cual lleva su tiempo.
¿Dónde colocamos la línea?
Cada uno le ha de buscar su sitio porque somos tan parecidos como distintos, y eso, querida amiga, es lo que nos hace tan especiales.
Hola Ana. Hola Juan. Quiero Agradecer primero a Juan por tan oportuno y acertado artículo.
Y en cuanto a la delgada línea de la que habla Ana, me gustaría opinar diciendo que, en mi concepto, lo que me sirve a mí, es preguntarme algo básico: Lo que me mueve a hacer «tal o cual cosa» ( en este caso agradecer) está motivado por el MIEDO o por la FE ( AMOR)? Si hago algo motivado por el miego a que me abandonen, a que me despidan del trabajo, a quedar mal delante la gente, etc… por mucho que trate de hacerlo con sinceridad, el sentimiento de felicidad no será tal porque muy en el fondo sabrás que algo no está bien. A diferencia de si realmente lo agradeces porque sale de un «darse cuenta» del amor que te están dando y respondes dandote también para el otro.
Así pues, como para dar un ejemplo, cuando decido estudiar una carrera, lo hago porque me da miedo que luego no me den trabajo, o mas bien lo hago porque me gusta y me proyecto como profesional?
Si continúo una relación sentimental, lo hago regido por miedo a no volver a encontrar a otra persona, o continúo porque veo más lo positivo en mi pareja que en sus defectos?
En estos ejemplos, la decisión es la misma.. lo que cambia es lo que te mueve a hacerlo. MIEDO vs AMOR. Para mí, ahí está la linea.
Saludos!!
Muchas gracias por tu fenomenal aportación Jorge.
Queda claro que lo primordial es siempre empezar por conocernos a nosotros mismos, por aprender cómo funcionamos, y por qué y para qué hacemos todo lo que hacemos.
Es solamente a partir de este conocimiento que podremos cambiar y evolucionar conscientemente hacia lo que sea que nos parezca mejor.
¡Un saludo!
¡Buenas Jorge!
Reducir la vida a dos emociones (Miedo/Amor; Dolor/Placer; Felicidad/Infelicidad) funciona genial cuando queremos poner orden en el aparente caos de nuestra mente y nuestros sentimientos. Así es para mí. Pero entre esos dos extremos encuentro que hay toda una gradación de matices muy ricos donde, entre otros, se encuentra la gratitud, el conformismo insano, la insatisfacción o la plenitud.
Ahora entiendo que la gratitud es una actitud ante la vida y no un tipo de comportamiento como lo entendía hasta hace poco. Parte más de un reconocimiento de nosotros mismos hacia nosotros mismos. No significa rendir pleitesía a todos a nuestro alrededor, poniendo sus intereses por encima de los nuestros en lo que percibo como complacencia forzada. Va más por reconocer nuestras flaquezas, mejorarlas o simplemente asumirlas, ponernos “medallas” cuando somos fuertes al afrontar con valor situaciones que nos superan. Para ello, es necesario primero sentir amor, compresión humildad y cariño por uno mismo, porque de ahí emana el que recibas todo lo que te llega con la actitud del agradecimiento. Los hechos en sí pueden ser los mayores contratiempos del universo pero tú decides encajarlos con dicha actitud para avanzar en tu camino de aprendizaje.
Y como muestra, quería agradecerte tu comentario, pues me ha hecho profundizar estos días sobre el tema y llegar a estas conclusiones. También a ti Juan, por haberme invitado a responder sabiendo que me van los retos y este lo era.
Gracias a los dos, con todo el amor del mundo, ese que no hace falta buscar en ninguna parte porque anda guardado entre las paredes de la piel.
Me encanta tu entrada y tu Blog,muchas gracias por compartirlo,besazos.
Encantado de encantarte Beatriz.
Muchas gracias a ti por ‘buscarme’.
¡Besazos!